Un instituto de EEUU elimina de su Biblioteca los libros de papel
"Cuando veo libros, veo una tecnología obsoleta, como lo fueron los pergaminos antes de los libros", asegura el director de la Academia Cushing, un instituto privado estadounidense de enseñanza secundaria con 144 años de historia. Por eso los ha eliminado de su biblioteca.
"Cuando veo libros, veo una tecnología obsoleta, como lo fueron los pergaminos antes de los libros", asegura el director de la Academia Cushing, un instituto privado estadounidense de enseñanza secundaria con 144 años de historia. Por eso los ha eliminado de su biblioteca.
Según informa el Boston Globe, este instituto de Massachussets ha dado el paso de eliminar por completo los libros de papel de su biblioteca para sustituirlos con lectores electrónicos y portátiles. La Academia Cushing ha decidido olvidarse de su colección de más de 20.000 libros y convertirse en un centro de enseñanza completamente digital.
"Esto no es Farenheit 451 [la novela de Ray Bradbury en la que los libros estaban prohibidos]. No estamos desincentivando la lectura a nuestros estudiantes" , asegura James Tracy, el director del instituto, situado en Ashburnham, a 90 minutos al oeste de Boston.
En lugar de la biblioteca y sus libros, el instituto se está gastando medio millón de dólares en construir un "centro de aprendizaje" (uno de los nombres que podría tener el nuevo espacio) que incluirá 18 lectores electrónicos de Amazon y Sony para fomentar la lectura entre los estudiantes y salas de estudio con portátiles para "tener acceso a millones de libros" a través de internet.
La decisión no ha estado exenta de críticas. Se teme que los estudiantes no puedan concentrarse en trabajos extensos debido a la constante interrupción que supone el correo electrónico y la mensajería instantánea. Pero ya no hay vuelta atrás, los administradores del instituto han decidido donar los libros dado el espacio que ocupaban.
Alexander Coyle, jefe del departamento de historia, se describe a sí mismo como un loco por los gadgets pero considera las bibliotecas como "catedrales laicas" cuya dignidad podría perderse al quedarse sin libros. En cambio, Gisele Zangari, jefa del departamento de matemáticas, considera que "hemos ganado más de lo que hemos perdido".
La bibliotecaria de Cushing desde hace 17 años, Liz Vezina, asegura que nunca creyó que trabajaría como directora de una biblioteca sin libros. "Me pone triste. Los voy a echar de menos. Amo los libros. He crecido con ellos y hay algo que se pierde cuando son virtuales. Hay una parte sensual en ellos, el olor, el tacto, la fisicidad del libro es algo muy especial".
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